Quizá el mundo se sostiene sobre una red invisible de casualidades. Si un fragmento de esa red queda al descubierto ante tus ojos, cómo evitar la tentación de tirar del hilo (...) pensé que en la vida de las personas era más importante lo que no sucedía que lo que sucedía (...) pensé que cada uno de nosotros lleva dentro "lo que no", es decir, algo que no ha sucedido y que sin embargo tiene más peso en tu vida que "lo que sí", que lo que ha ocurrido. Todo el mundo tiene una herida por la que supura un "lo que no", que ningún "lo que sí", por extraordinario que sea, logra suturar.
(...) Pensé en la red de coincidencias sobre la que se sostiene la realidad y que a veces, por causas que desconocemos, se queda al descubierto, como los árboles cuando se retira la niebla.
Quizá la red sobre la que se sostiene la realidad es pura retórica. La realidad no necesita sostenerse sobre ninguna red: ella es la red. Pero nosotros sí que necesitamos la invención. Necesitamos creer que las cosas suceden una detrás de otras y que las primeras son causa de las segundas (...)
Estamos condenados, en efecto, a tropezar con aquello de lo que huimos. ¿Sí?